– Me he ido de retiro un par de días.
La verdad necesitaba mucho desconectar de la ciudad, no es que no me guste Barcelona, pero a veces es tanto el ruido mental que uno tiene, que, si le sumamos el ruido de una gran ciudad, no ayuda mucho. Y estaba pasando por una situación de mucho estruendo psíquico.
Buscar la paz interior y exterior, mi escapada
Así que he aprovechado unos días para escaparme y desconectar.
En el primer día de caminata he estado pensando sobre esa paz mental que tanto sabía que necesitaba.
Yo sé que habitualmente transmito eso en la consulta y estoy tranquila.
– Lo que me faltaba creo, era parar un poco la cantidad de pensamientos que uno tiene en el día a día. Por más que uno sea terapeuta, también tiene sus luchas, sus sombras y conflictos. Me gusta contarlo, me gusta escribirlo y que se sepa. Todos estamos aquí porque hemos venido a aprender, porque tenemos cosas que resolver.
Así que, volviendo a mi caminata, lejos de los sonidos de la ciudad, mi mente se fue aquietando, casi se quedaba en silencio por momentos. Mis sentimientos eran de calma y los pensamientos fueron ordenándose por prioridades y desapareciendo los que no eran importantes.
Mis pies sintieron la arena y escuché el sonido del mar, las olas rompiendo en la orilla.
Y así como el viento acariciaba mi rostro, al mismo tiempo calmaba mi alma y mis pensamientos. Parecía que el mar se llevaba lo turbio de mi mente y solo quedaba lo claro, lo limpio.
Entonces empezaron a venir ideas claras, algunos proyectos.
Siempre me ha gustado el mar, me tranquiliza, me relaja.
Mi paz interior no es negociable
Es muy Importante poder conectar con lo auténtico, necesitamos entrar en contacto con nuestra esencia. Algunos la encontramos en el mar, otros en la montaña, otros con la música, quizás con los animales, surfeando, volando, bailando, cantando, pintando, pero hay que conectar con eso que nos da paz….
¿Cómo encontrar la paz interior y ser feliz?
Somos únicos y diferentes como las caracolas del mar y eso es lo que nos hace especiales.
Hoy mientras recogía algunas en la playa, podía observar distintas personas que también hacían lo mismo. Prestaban atención, como absortos por la arena y los pensamientos; escogían con el mismo amor y cariño que yo. Elegían las que creían que eran las más hermosas para sus ojos.
Quizás las llevaban para hacer decoraciones (pensé), para regalarlas o simplemente para guardarlas.
Cada una tendría un fin diferente pero lo más importante y eso es lo que tenemos que tener en cuenta, que todos somos especiales para alguien.
– Es evidente que no le vamos a gustar a todo el mundo, pero para alguien si vamos a ser la mejor caracola.
Al volver de esos días reafirmé fehacientemente que los masajes los debía orientar a ello.
Me focalicé en nuevos masajes teniendo como objetivo tu paz interior.
Te espero para probarlos.
viaje a la estrellas
emotion balance
love you self
Natalia